Recolección de castañas: cuándo, dónde y cómo hacerlo

Todo el mundo sabe que la época de recolección de las castañas corresponde a los meses de otoño, especialmente septiembre, octubre y noviembre. Tanto a los niños como a los adultos les encanta comer castañas cocinadas al fuego de leña y disfrutan pelándolas y comiéndolas con sus amigos. Antiguamente, a la castaña también se la llamaba «el pan de los pobres», pues siempre ha estado muy extendida incluso entre las clases menos pudientes.

Cuándo recoger las castañas

Se acaba de mencionar que la mejor época del año para recoger castañas coincide con los meses de septiembre, octubre y noviembre. De hecho, las castañas pueden describirse como el fruto simbólico del final del otoño, que anuncia la llegada del frío y el invierno.

Una vez entendido cuándo hay que recoger castañas, también es necesario comprender dónde encontrarlas y cómo recolectarlas. Las castañas pueden encontrarse en los bosques o en los castañares de las colinas.

Si lo piensas, todo el mundo se ha topado al menos una vez con una cáscara de castaña en el suelo durante un tranquilo paseo dominical por el bosque.

Si uno decide recoger castañas, es importante conocer la normativa que regula su recogida. De hecho, cada región tiene su propia normativa para la recolección y venta de alimentos. En lo que respecta a las castañas, la mayoría de las regiones permiten recoger un máximo de 2 kg de castañas por persona y día.

Otra precaución es comprobar si el terreno donde quieres cosechar es público o privado. Normalmente, sin embargo, todos los castañares están señalizados con carteles que delimitan el espacio e indican si está permitida o no la recolección.

Recolección de castañas

Las castañas, una vez maduras, caen al suelo. A veces se pueden encontrar aún envueltas en su cáscara (o cáscara exterior), pero lo más frecuente es encontrarlas con su clásica cáscara marrón lisa.

Si encontramos castañas en el suelo envueltas en su cáscara espinosa, conviene quitarla. La cáscara se romperá ejerciendo una ligera presión con las manos (aunque asegúrate de llevar guantes), o utilizando una pala.

Quienes suelen hacer la cosecha anual de castañas utilizan recogedores de frutos específicos, que les permiten recoger todo tipo de frutos del suelo, reduciendo drásticamente el esfuerzo físico que se haría agachándose para recoger fruto por fruto.

Las castañas rotas o con colores inusuales deben recogerse, apartarse y quemarse, para evitar la proliferación de enfermedades o bacterias nocivas que podrían infectar al castaño o a otras castañas caídas del árbol.

Las castañas buenas, en cambio, deben recogerse en una cesta de mimbre o yute, para que puedan respirar. Una vez realizado el primer desespumado, es necesario hacer un segundo desespumado para asegurarse de que se recogen las mejores castañas.

Los frutos se colocan en barreños (o recipientes cilíndricos) llenos de agua. Las castañas sanas y buenas se quedarán en el fondo del barreño porque están dentro de la cáscara. Así podemos estar seguros de que las castañas que queden en el fondo estarán sanas y llenas de pulpa. Las castañas vacías, podridas o enfermas serán más ligeras y, por tanto, tenderán a permanecer a flote en el agua.

Las castañas podridas tendrán que recogerse y luego quemarse. Este procedimiento también se realiza para minimizar la posibilidad de propagar bacterias y enfermedades perjudiciales que podrían minar el resto de las castañas recolectadas.

Cómo almacenar las castañas

Una vez recolectadas, las castañas se secan al aire durante unos días y luego se guardan en un lugar seco, preferiblemente dentro de una cesta de yute o mimbre.

Las castañas crudas pueden conservarse unas dos semanas en la propia cocina, teniendo cuidado de que ningún insecto intente merodear entre los frutos. Si no estás seguro de poder comerlas en este plazo, las castañas también pueden congelarse y comerse en una ocasión especial.

Cómo utilizar las castañas

Las castañas son un alimento que se puede utilizar en la cocina de muchas maneras. Castañas y queso, castañas y vino tinto o castañas con miel: éstas son sólo algunas de las combinaciones más populares para disfrutar del principal fruto del otoño.

Antaño, las familias pobres utilizaban este alimento como materia prima para preparar diversas recetas. Con las castañas se puede hacer harina, que sirve de base para pan y pasteles, o se puede optar por hacer una sabrosa mermelada para usar por la mañana sobre tostadas o para rellenar pasteles caseros.

Obviamente, este fruto también puede utilizarse para adornar pastas, risottos, carnes y cualquier otro tipo de alimento primario, gracias a su sabor especial.

Un uso interesante de las castañas es su preparación bajo los licores. Después de saltearlas, coloca las castañas dentro de un tarro de cristal y luego llénalo de licor. Al cabo de unos días, las castañas estarán estupendas para adornar tus postres o disfrutarlas solas. Eso sí, ¡ten cuidado de no pasarte!

Un último dato interesante: en las zonas de colinas y montañas, donde hay castaños, no es tan raro encontrar también setas porcini. La combinación de estos dos elementos es fantástica para preparar comida típica de otoño, como el risotto.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *