Poda de rosales: cómo y cuándo hacerlo para una floración óptima

¿Cómo y cuándo podar las rosas? Podar rosales es una operación que debe realizarse con cuidado y en el momento adecuado si quieres una planta sana que crezca lozana y tenga una floración abundante. Existen diferentes técnicas de poda de rosales adaptadas a las distintas variedades de rosales, y además, a diferencia quizá de otros tipos de plantas, siempre hay que tener en cuenta el clima y el periodo de poda de los rosales.

Poda de rosales según la variedad

Cada variedad de rosal requiere una técnica de poda adecuada. Existen más de veinte mil variedades de rosas que, sin embargo, podemos agrupar en 3 tipos principales:

  • rosas arbustivas
  • rosas arbustivas y sarmentosas
  • rosas miniatura

En el primer caso, una poda de aclareo para eliminar las ramas sobrantes y favorecer así las más robustas. Los rosales arbustivos suelen estar llenos de ramitas retorcidas y deformes, que deben cortarse a unos 30 cm del suelo, conservando sólo los brotes más fuertes y perfilados, para favorecer la entrada de luz y la nutrición de la planta. En el caso de las rosas arbustivas y sarmentosas, sólo se deben cortar los topping eliminando el ápice de la planta para que las ramas laterales se desarrollen más y así la floración sea más abundante. En cambio, para las rosas miniatura, la poda debe limitarse al estrictamente necesario eliminar sólo las ramitas viejas y secas.

Periodo de poda de los rosales

Antes de hablar del mes de poda de los rosales, debemos recordar que la poda, es decir, la eliminación de las partes secas, débiles y marchitas de la planta sin hacer grandes cortes, debe realizarse de forma constante y regular durante todo el año.

Cómo podar los rosales en otoño e invierno

El periodo más adecuado para podar rosales es cuando termina el periodo vegetativo y aparecen las primeras yemas. Es un periodo variado, que depende del clima y de la ubicación en que nos encontremos. Por consiguiente, en algunas zonas quizá sea más adecuado podar las rosas en noviembre, mientras que en otras también se pueden podar en diciembre. En el caso de las plantas trepadoras y sarmentosas, las rosas se pueden podar en septiembre u octubre, y luego se pueden atar los brotes de las trepadoras eliminando las ramas demasiado largas.

Si el clima es frío y húmedo, es mejor retrasar la poda hasta principios de primavera para evitar exponer el corte a temperaturas demasiado bajas. Sin embargo, si el clima es más templado, será mejor realizar la poda con antelación de lo contrario se corre el riesgo de tener que realizar la poda cuando la rosa ya ha empezado a reanudar su actividad vegetativa, lo que comprometería su floración. Las operaciones de poda se realizan para dar forma a las plantas tupidas, vigorizarlas y dejar más espacio para las ramas que florecerán más tarde.

Por tanto, en primer lugar se eliminan todas las ramas muertas, secas y dañadas, así como las partes enfermas de la planta. Es necesario llevar a cabo un corte limpio justo encima de un brote, con una inclinación de 45. A continuación, es importante entresacar la parte central de la planta, para que las hojas interiores también reciban aire y luz, y eliminar las ramas sobrantes para mantener la forma de los arbustos. Normalmente, los rosales florecen en las ramas nuevas por lo que es importante no cortar las yemas que darán lugar a los nuevos brotes. Por tanto, la última operación que hay que realizar es eliminar los chupones de raíz que crecen a partir del patrón.

Cómo podar los rosales en verano

Cómo podar rosales en verano después de la floración hacia junio. Las rosas reflorecidas de esta forma dan a la planta la posibilidad de una segunda floración más abundante al final del verano, al tener más fuerza y concentrar su energía en las ramas restantes. Esto suele hacerse mejor en plantas con flores grandes.

En primer lugar, hay que eliminar los tallos marchitos haciendo cortes limpios y oblicuos justo por encima de un brote. Esto ayuda a prevenir brotes de enfermedades sino también impedir una penetración excesiva de agua en caso de lluvia. Una vez eliminados todos los tallos innecesarios, hay que seguir siguiendo la forma general de la planta y eligiendo las ramas en función de ella: mirándola, puedes detectar las torcidas que tienden a romper el crecimiento homogéneo de la planta. En general, es mejor intentar dar a la planta la mayor redondez posible. Además de las ramas marchitas, también es necesario eliminar algunas de las ramas interiores. Siempre es mejor cortar las ramas interiores desde la base, para que la luz pueda penetrar también hacia el centro.

Cómo podar los rosales en primavera

Al final del invierno hay que retirar las partes afectadas por las heladas las ramas que se salen del contorno y las que están cruzadas o apiñadas en el centro, para obtener una estructura ordenada y aireada. También es necesario podar las ramas más viejas para dar vitalidad a las más jóvenes. A mediados de primavera, se eliminan los chupones de la base de las plantas, arrancándolos para eliminar parte de las raíces y reducir el riesgo de que vuelvan a aparecer. Pero aparte de estas pequeñas precauciones, las operaciones de poda de rosales que pueden afectar negativamente a la floración suelen evitarse en primavera.

Poda de rosales en luna menguante o creciente

Poda de rosas va siempre se realiza durante la fase de luna menguante ya que se reduce la circulación de savia y se favorece la cicatrización de la planta, lo que reduce enormemente el riesgo de podredumbre y ataques de plagas. Por lo general, el mejor momento es unos días después de la luna llena. Si podamos demasiado pronto o demasiado tarde, o si el clima es demasiado húmedo, corremos el riesgo de provocar una gran dispersión de savia que puede dañar la planta.

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