Mantenimiento de Herramientas Manuales de Huerto: Guía Completa para su Cuidado

¿Tus herramientas de jardinería no tienen muy buen aspecto? ¿El óxido y las cuchillas astilladas han reducido considerablemente su eficacia? No te preocupes, con esta guía podrás dejar tus herramientas de jardinería como nuevas en sólo 3 sencillos pasos.

1) Limpieza

La primera operación fundamental que debe tener herramientas de jardinería siempre nuevas y eficaces ¡es la limpieza! Esto debe hacerse después de cada uso por varias razones:

  • Desinfecta la cuchilla de hongos, bacterias y enfermedades que pudieran transmitirse durante el corte posterior a otras plantas.
  • Evita dañar la cuchilla por la presencia de suciedad o restos de trabajo.
  • Permite siempre el máximo funcionamiento de nuestra herramienta evitando obstrucciones de cualquier tipo.

Si el trabajo que vas a realizar con tus herramientas no es intensivo, sino que se trata de trabajos menores, basta con que realices un pequeño mantenimiento antes del almacenamiento invernal para que estén listas para su uso en el nuevo año.

Cómo realizar una buena limpieza

Limpiar las herramientas manuales es un paso esencial. Equípate con una esponja áspera o un cepillo de zapatos y empieza a frotar donde veas suciedad para eliminar la mayor parte. A continuación, repasa con agua para eliminar los últimos residuos que queden, ¡pero acuérdate siempre de secarla cuando hayas terminado de limpiarla! De hecho, el agua es muy perjudicial para las partes metálicas de nuestras herramientas, porque las estropea creando capas de óxido que pueden comprometer toda la calidad de la herramienta. Ahora tu herramienta está limpia y podrás ver si está oxidada o no. Si lo hay, te recomendamos que cojas una esponja abrasiva de hoja de acero y la frotes sobre la zona en cuestión hasta eliminar todo rastro de óxido. Al terminar, tu cuchilla estará bien limpia, pero aún no estará lista para la acción…

2) Afilado

Este punto será el más difícil de realizar ya que su método varía de una herramienta a otra, así que para evitar inconvenientes los dividiremos en categorías.

  • Las primeras que trataremos son las clásicas herramientas de dos hojas como la podadoras. Equípate con una piedra de afilar y, con un ángulo de 45° (60° para tijeras e cortasetos), sigue la dirección de afilado de la cuchilla. La inclinación es importante y no puede ser ni menor ni mayor de lo indicado. De hecho, una inclinación demasiado amplia dará lugar a una cuchilla frágil, mientras que una inclinación menor provocará un corte ineficaz. Esta operación sólo se completará cuando la cuchilla ya no tenga astillas y esté completamente recta y afilada.
  • En relación con hojas simples como cuchillos de varios tipos recomendamos una inclinación de 20°. Recuerda mantener siempre esta inclinación para evitar que las cuchillas se rompan o corten mal.
  • En cambio, para las torres continúa afilando la hoja móvil con un ángulo de 40°, mientras que para la hoja fija utiliza una piedra de agua y procede con un ángulo de 90°.

Ten en cuenta también que si la cuchilla no queda recta o perfectamente recta, habrá que utilizar un martillo y un yunque. Después de asegurarte de que ambas superficies de las dos herramientas están lisas, procede golpeando la hoja hasta que quede perfectamente recta. Este procedimiento sirve para dar más dureza a la hoja, preparando el filo para el afilado propiamente dicho, que de hecho será la siguiente operación. Acuérdate siempre de limpiar los residuos de la hoja con un paño suave después de haber conseguido que tu hoja sea tan eficaz como antes.

3) Lubricación y protección

Llegamos ahora a la última operación, la lubricación y protección de nuestras herramientas de jardinería. Esta operación sirve para que la herramienta esté tan libre y suelta como si la acabaras de comprar, además de proporcionarle esa capa antibacteriana en la hoja para evitar cualquier transmisión de enfermedades o plagas. Equípate con un lubricante multiusos y empieza a rociarlo sobre los engranajes cercanos a la hoja, pasa un paño delicado para secar cualquier resto y empieza a abrir y cerrar el instrumento para que el lubricante haga efecto en cada parte del mecanismo. Una vez hecho esto, podemos verter un poco de alcohol en un paño suave y pasarlo por la cuchilla. Este procedimiento hará que las cuchillas de nuestra herramienta queden desinfectadas, evitando así cualquier transmisión de hongos y bacterias entre las plantas.

Nuestro consejo

Recuerda siempre guardar tus herramientas en un lugar seco y protegido después de cada uso. Así tendrás siempre en tus manos un compañero eficaz, listo para usar, sin óxido y bien desinfectado.F

F.A.Q

 

¿Por qué es importante el mantenimiento de las herramientas de jardinería?

Un buen mantenimiento previene la corrosión, asegura que las herramientas funcionen eficientemente y extiende su vida útil. Herramientas bien cuidadas hacen el trabajo de jardinería más fácil y seguro.

¿Cómo debo limpiar mis herramientas de jardinería?

Limpia las herramientas después de cada uso, eliminando la tierra y otros residuos con un cepillo o esponja. Para suciedad más difícil, usa agua jabonosa y sécalas completamente antes de almacenarlas.

¿Cómo puedo afilar mis herramientas de jardinería?

Utiliza una lima o piedra de afilar para mantener los bordes de corte, como los de las palas y tijeras, afilados. Sigue el ángulo original del filo y afila de manera uniforme para mantener la eficacia del corte.

¿Qué debo hacer para prevenir la corrosión en mis herramientas?

Aplica una ligera capa de aceite a las partes metálicas de las herramientas antes de guardarlas, especialmente si vives en un clima húmedo. El aceite mineral es una buena opción que no daña las plantas.

¿Cuál es la mejor manera de almacenar las herramientas de jardinería?

Guarda las herramientas en un lugar seco y cubierto. Colgarlas en ganchos o sostenerlas en estantes evita el contacto directo con el suelo y reduce el riesgo de oxidación.

¿Qué debo hacer si mis herramientas tienen partes oxidadas?

Para herramientas con óxido superficial, usa papel de lija o un cepillo de alambre para eliminar el óxido. Si el óxido es severo, considera usar un removedor de óxido químico, siguiendo las instrucciones del fabricante para su uso y seguridad.

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