Aceitunas, Azufaifas y Avellanas: Descubre los Pequeños Frutos de Invierno

El periodo otoñal está lleno de muchas calidades de fruta: de las más pequeñas a las más grandes, de las más dulces a las más ácidas, de las más delicadas a las más resistentes, pero ¿cuándo hay que recolectar estas frutas? ¿Cómo conservarlas de la mejor manera posible? Pero, sobre todo, ¿cómo hay que recolectarlas? ¡Averigüémoslo juntos en este artículo!

Como ya habrás adivinado por nuestro subtítulo, hoy vamos a hablar de frutas y, en particular, de todas aquellas que maduran en el periodo otoñal. Esta semana nos centraremos en los frutos pequeños, como las aceitunas, las avellanas y las queridas azufaifas.

La llegada del invierno

A menudo el frío húmedo del otoño se considera una época de problemas para nuestro jardín, que sólo trae desgracias a nuestros árboles y césped, pero no siempre es así. De hecho, en medio del frío y las heladas, hay frutos que están terminando de madurar, listos para ser recogidos y disfrutados de mil maneras distintas. ¿Cuáles son? Manzanas, peras, castañas, avellanas, aceitunas, kiwis, caquis, almendras ¡y muchas más! Pero detengámonos en algunas de las más pequeñas.

Fruta polivalente

Por trivial que sea la acción de recoger nuestra fruta, siempre seguirá siendo la operación más delicada e importante de todo el proceso. De hecho, frutos como las aceitunas o las azufaifas deben recolectarse en función del uso que vayamos a hacer de ellos. Expliquémonos: las aceitunas pueden utilizarse para hacer aceite, en cuyo caso deben recolectarse cuando el fruto aún no está completamente maduro, es decir, cuando se encuentra en la fase de transición entre verde y negro, o simplemente pueden disfrutarse en nuestra mesa, por lo que se recolectarán cuando el fruto sea grande y rico en pulpa. Lo mismo se aplica a las azufaifas: si se van a disfrutar en su sencillez, se recogerán cuando hayan alcanzado el clásico color marrón, mientras que si se van a utilizar para mermelada o confitura, habrá que esperar a que la piel muestre los primeros pliegues. Esto te hace darte cuenta de que la recolección debe realizarse, no tanto según la madurez, sino según el uso que vayamos a hacer de ellas.

¡Agita! ¡Agita!

Ahora que hemos especificado el «cuándo», sólo nos queda definir el «cómo». Las aceitunas y las azufaifas pueden recolectarse de distintas maneras:

  • Con la técnica de quemado es decir, a mano.
  • Con la técnica de peinado es decir, el uso de rastrillos especiales que se utilizan para «peinar» las ramas del árbol y extraer la fruta. Te recomendamos que sólo utilices este método si toda o la mayor parte de la fruta está madura, para evitar recoger grandes cantidades de producto inmaduro.
  • Por último, tenemos el Técnica de la Bacchiatura. Este método comienza cubriendo la base del árbol con una red o tela y luego sacudiendo las ramas para que caigan los frutos maduros listos para la recolección. La herramienta que se suele utilizar en esta operación es el sacudidor motorizado: práctico, rápido y lo suficientemente suave como para no dañar la planta y acelerar toda la operación.

¿Y las avellanas?

Al principio del artículo también mencionamos las avellanas: frutos muy sanos que disminuyen la acumulación de colesterol en la sangre, pero que hacen sudar veinte camisas durante su recolección. Las avellanas pueden recolectarse normalmente: manualmente, con aspiradores especiales o con una herramienta aún más barata y fácil de usar y completamente manual; pero ¿cómo se llama este héroe del pueblo llano? Se llama Enrollar y tras los 2 primeros minutos de uso te darás cuenta de que has recogido 5 veces más de lo que solías recoger con tus propias manos, empezarás a adorarlo, a construir altares en honor a su creador y acabarás poniéndole un apodo por el cariño que le tienes. Pero no nos perdamos en altares caseros y sigamos con nuestras queridas Avellanas.

Sol, avellanas, amor

El principal problema de las avellanas, las nueces y las castañas es la humedad. Este efecto atmosférico puede estropear el fruto, provocando su deterioro, pero esto puede evitarse manteniéndolas al sol durante al menos 1 semana para que la humedad pueda salir completamente de su interior. Por supuesto, para ello necesitas: sol durante una semana, un lugar lo bastante protegido para evitar que los animales curiosos escapen con parte del botín por la noche, y un espacio que no estorbe… pero todo esto puede evitarse con un método casero bastante inusual: ¡el horno!

Mételo en el horno ventilado a 180°…

Coge un puñado de avellanas y extiéndelas sobre una bandeja de horno plana, de modo que no se superpongan, e introdúcelas en el horno ventilado a 180° durante 10 – 15 minutos. El tiempo y la temperatura pueden variar en función de la humedad que contengan las avellanas, por lo que recomendamos probar con puñados pequeños antes de hornear grandes cantidades. Una vez que hayas sacado la bandeja de horno, tendrás que enfriarlas inmediatamente colocándolas en el suelo o en otro lugar que sea lo suficientemente fresco y seco. Así evitarás que las avellanas se tuesten dentro de la cáscara. De hecho, esto, con el calor acumulado, crearía un efecto «horno» al calentar aún más la fruta en su interior. El resultado final no debe asarse sino ligeramente crujiente.

F.A.Q

 

¿Cuáles son los beneficios nutricionales de las aceitunas?

Las aceitunas son ricas en grasas saludables, principalmente ácidos grasos monoinsaturados, y contienen antioxidantes como la vitamina E y polifenoles, que contribuyen a la salud cardiovascular y a la prevención de enfermedades crónicas.

¿Cómo se cultivan y recolectan las azufaifas?

Las azufaifas, o frutos del jinjolero, se cultivan en climas cálidos y secos. Se cosechan en otoño cuando están maduros y tienen una textura crujiente y un sabor dulce, similar a una manzana pequeña pero con un toque más tropical.

¿Qué propiedades tiene las avellanas y cómo se pueden usar?

Las avellanas son una excelente fuente de energía y contienen grasas saludables, proteínas, fibra, vitaminas y minerales. Son perfectas para usar en repostería, como snack saludable o en la elaboración de productos como la pasta de avellanas.

¿Cómo se pueden incorporar estos frutos en la dieta diaria?

Estos frutos pueden consumirse frescos o como parte de platos más elaborados. Las aceitunas se pueden incluir en ensaladas o como aperitivos, las avellanas en mezclas de frutos secos o mueslis, y las azufaifas en mermeladas o simplemente frescas como snack.

¿Cuál es la mejor manera de almacenar estos frutos para preservar su frescura?

Las aceitunas se deben mantener en recipientes herméticos y refrigeradas una vez abiertas. Las avellanas se conservan mejor en un lugar fresco y seco dentro de un contenedor hermético para evitar la ranciedad. Las azufaifas deben consumirse pronto tras su recolección o se pueden secar para prolongar su conservación.

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