Cultivo del ajo: cómo, cuándo y dónde plantarlo

Cultivar ajos en el balcón o en el jardín es una tarea bastante sencilla, ya que se trata de una planta productiva y resistente. El ajo ha sido utilizado por el ser humano durante miles de años. Es originario de Asia Central y del noreste de Irán, pero ha sido una de las plantas más populares en la cocina mundial desde el antiguo Egipto. Además de utilizarse en infinidad de recetas en la cocina por su sabor fuerte e inconfundible, Posee una serie de cualidades excelentes para la salud, tanto para quien la consume como para el huerto en el que se cultiva.

Cómo plantar ajos en el huerto

El método más común para cultivar ajos es el propagación a partir de cabezas de ajo es decir, de los bulbos. La tierra debe dividirse en pequeñas zanjas, a las que se añadirá una capa de unos 5 cm de compost para enriquecer el suelo. Un solo bulbo de ajo puede producir hasta ocho plantas. Véase cómo plantar ajo para obtener plantas exuberantes.

En primer lugar separa los clavos asegurándote de que la película blanca de recubrimiento está intacta, y luego entierra las bombillas en hileras con una separación mínima de 15 cm, a 2-3 cm de profundidad y con una separación mínima de 10 cm. Al plantar ajos, cada diente debe colocarse con la punta hacia arriba y después de cubrir las zanjas, protege la superficie con un mantillo de paja y hojas secas.

¿Cuándo plantar ajos? El momento ideal es de septiembre a diciembre pero en climas más cálidos también es posible que lleguen a principios de primavera. Lo importante es que pasen al menos seis semanas antes de que se congele el suelo para que las raíces se desarrollen antes de que las plantas entren en letargo.

Siembra del ajo

La propagación del ajo a partir de semillas es una operación más complicada, que requiere mucho más tiempo. Una vez que las plantas han florecido, hay que recoger las pequeñas semillas negras sacudiendo las flores maduras y secas, y guárdalas en un lugar seco hasta el momento de sembrarlas.

¿Cuándo sembrar el ajo? Tras mantener las semillas en el frigorífico durante al menos cuatro semanas para favorecer la germinación, debes sembrarlas a cubierto en otoño a más tardar a principios de invierno. Deben mantenerse en al menos un centímetro de tierra y a una temperatura de al menos 15 °C. En primavera, las plántulas deben plantarse en campo abierto, a obtener bulbos al año siguiente.

Plantar ajos en una maceta

El ajo es una planta que también crece muy bien en macetas en el balcón o el alféizar de la ventana. Veamos cómo cultivar ajos en macetas: en primer lugar, no hace falta una maceta o tierra especial, pero hay que tener cuidado de que nunca se estanque el agua. Los bulbillos, es decir, los dientes de ajo, deben plantarse con su piel, a 5 cm de profundidad. En poco tiempo se desarrolla la plántula, que también da una flor muy bonita y colorida. Recuerda regar el plantón dos veces por semana hasta el verano.

Cómo cultivar ajos: recolección y almacenamiento

El ajo es listo para la cosecha cuando los tallos verdes se vuelven amarillos y se secan, normalmente en pleno verano. Hacia finales de junio, empieza a revisar los bulbos, cogiendo uno y cortándolo por la mitad para comprobar su grado de maduración. Recógelos cuando al menos un tercio de las hojas estén pálidas y secas y no debe permitirse que florezca en absoluto.

Cuando llegue el momento, hay que sacarla de la tierra y dejarlo secar al aire libre, durante un par de semanas, es decir, hasta que notemos que la cáscara exterior del bulbo también ha adquirido la consistencia del papel. Una vez limpios de tierra, están listos para ser utilizados en la cocina. Para guardarlos, coloca los cogollos en un recipiente perforado y guárdalo en un lugar fresco, oscuro y seco. También puedes hacer trenzas para colgarlas en la cocina y que además tengan un efecto decorativo. No las guardes en el frigorífico, pues el frío favorece el crecimiento de los brotes.

Cultivo del ajo: plagas y adversidades

Al cultivar ajos, hay que procurar que no se den ciertas condiciones que puedan minar la salud de la planta. En primer lugar, hay que evitar cualquier riesgo de podredumbre que provoca la muerte de los bulbos y las raíces. Entonces hay que tener cuidado con ácaros, plagas blancas y brillantes que atacan a los bulbos anidando bajo las raíces. Pueden prevenirse remojando los bulbos de ajo en agua caliente antes de plantarlos.

Cultivo del ajo y otras plantas: qué consumir y qué no

Normalmente, el ajo ayuda a las plantas vecinas a protegerse de las plagas y mantiene alejados a los insectos como pulgones, hormigas, caracoles y escarabajos, además de ser un potente fungicida. Algunas plantas medicinales, incluso, que crecen cerca del ajo pueden mejorar su sabor y ayudar a su crecimiento.

Sin embargo, hay algunas plantas que sufren la proximidad del ajo, por lo que es mejor plantarlo lejos de: espárragos, guisantes, judías, salvia y perejil.

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