Cómo cultivar calabazas buenas y sabrosas

Se acerca Halloween y, como todos los años, la pregunta que surge espontáneamente a cualquiera es «¿has hecho tú la calabaza?». Hay quien exhibe con orgullo el fruto de su trabajo y quien, con las manos vacías y la mirada abatida, busca satisfacción en otra parte con pequeños adornos y fantasmas colgantes, ¡pero a partir de hoy ya no será así! De hecho, gracias a esta pequeña guía, ¡tú también podrás participar en la competición por la calabaza más grande y terrorífica! Pero no perdamos tiempo y empecemos ahora mismo.

Empecemos nuestro viaje con un poco de historia. ¿Te has preguntado alguna vez por qué se utiliza una calabaza tallada con una sonrisa para celebrar Halloween?

El comienzo de la leyenda

La tradición cuenta la historia de un herrero llamado Jack que era muy avaro, astuto y, como cualquier irlandés que se precie, con una fuerte pasión por el alcohol. Una noche, de camino a la posada habitual, se encontró con el Diablo, que había venido a reclamar su alma. Jack no se desanimó y, astutamente, le preguntó al Diablo si podía convertirse en una moneda para tomarse un último trago. Tras recoger la moneda se la metió en el bolsillo junto con un crucifijo atrapando al Diablo y obligándole a darle otros 10 años de vida a cambio de la libertad. Al cabo de dos lustros Satanás reaparece y esta vez Jack le pide que le permita arrancar la última manzana antes de morir. Pero astutamente esta vez Jack se libra tallando una cruz en el tronco del manzano para que el Diablo no pueda cogerla. El Diablo, harto de ser engañado, decidió no darle más condenas eternas, ¡con la condición de que no volviera a encontrarse con él en su camino! Cuando Jack murió de viejo, fue enviado al infierno, donde, sin embargo, no fue aceptado a causa del pacto que había hecho. Así pues, se vio obligado a vagar por la tierra como un alma condenada con una ceniza eterna dentro de un nabo vacío. Pero, ¿por qué la calabaza? La calabaza tiene su origen en la historia de Jack. De hecho, las calabazas de Halloween siempre provocan una sonrisa al recordarnos a aquel personaje tan borracho y sonriente que, despreciando el peligro, desafió a Satanás hasta someterlo a su voluntad.

La tierra es la base de todo

Incluso la calabaza más sonriente procede de una semilla, y como toda semilla, ésta también debe plantarse en el suelo… pero ¿qué tipo de suelo se necesita, rico en qué propiedades? Por regla general, la tierra ideal para nuestras calabazas debe ser suelta (es decir, debe contener alrededor de un 50% de arena y tener una pequeña cantidad de arcilla), rica en fósforo y potasio, de unos 6 – 7 ph. La semilla debe plantarse en profundidad, así que intenta que no supere los 10 cm. Por regla general, la planta de calabaza necesita mucha nutrición durante el crecimiento, así que antes de cubrir la semilla puedes crear una fina capa de estiércol animal bien sazonado; recomendamos utilizar estiércol de caballo o vaca en lugar de gallinaza, ya que puede ser demasiado fuerte para la planta. No te preocupes por la cantidad que vayas a utilizar, en la antigüedad las calabazas se sembraban directamente sobre el montón de estiércol para mantenerlo fresco en verano. Por último, cúbrelo todo.

Los recursos adecuados para un buen crecimiento

Como hemos dicho antes, la calabaza necesita muchos recursos durante el crecimiento y, por tanto, es una planta que siempre hay que reponer. Recuerda esparcir estiércol alrededor de la planta al menos dos veces durante la floración y cada 2 ó 3 semanas durante el crecimiento de los frutos. En caso de que este material no esté fácilmente disponible (al fin y al cabo, no todo el mundo tiene un caballo o una vaca en el patio trasero), puedes aprovechar fácilmente el compostaje doméstico común aumentando ligeramente la dosis. Otro recurso importante para esta planta, sobre todo durante el periodo de floración, es el agua. El método ideal para regarla es un buen sistema de goteo pero en cualquier caso lo importante es evitar el estancamiento del agua. De hecho, la calabaza es una planta que enferma fácilmente de Perenospora o Mal Blanco debido a la presencia de estancamiento. Recuerda siempre reducir el riego durante el crecimiento del fruto para que se desarrolle más rápidamente.

Malla y acolchado

Las calabazas pueden ser trepadoras o rastreras, normalmente las calabazas rastreras se utilizan para Halloween, pero si has plantado calabazas trepadoras, te recomendamos que construyas una estructura de postes y malla. Consigue unos postes fuertes y resistentes que puedan soportar la estructura pero también el futuro peso de la fruta, y por último, consigue una red de alambre grueso. Crea hileras donde colocaremos nuestra estructura y plantaremos nuestras semillas. A medida que la planta crezca, asegúrate siempre de que sigue la dirección de la red para que encuentre el apoyo necesario durante su desarrollo. Otro complemento para que la calabaza crezca de la mejor manera posible es el uso de mantillo. Esto permitirá conservar la cantidad adecuada de humedad para la planta, además de evitar la aparición de malas hierbas, muy perjudiciales para esta hortaliza. Recomendamos utilizar almidón de maíz o paja para esta operación.

El rey de las calabazas

¿Qué sería de Halloween sin una enorme calabaza en nuestro jardín? Pero para conseguir una, tenemos que hacer elecciones… y a veces sacrificios, es decir, descartar a sus queridas hermanas más pequeñas para dejar toda la energía a las más grandes. Esta operación de «poda» que realizamos en la planta consiste en eliminar las hojas secas y las calabazas pequeñas que ya no crecerán para dirigir toda la energía posible hacia los frutos más grandes. Cuídalas durante todo el verano hasta el momento de la cosecha, en septiembre y octubre. Guárdalas 2-3 semanas en un lugar con poca humedad, alrededor de 10° – 15° grados, para que se sequen bien. Tras este periodo, estaremos listos para cocinar nuestra calabaza de mil formas distintas y saborear su sabor en un momento relajado, disfrutando del tan querido Halloween con nuestra terrorífica calabaza sonriente en nuestro jardín.

Nuestro consejo

Ten en cuenta que las temperaturas ideales para que la calabaza sobreviva y crezca se sitúan entre 18° y 24° C. La planta es capaz de soportar hasta 10° C, pero por debajo de esta temperatura es posible que no lo consiga o que produzca pocos frutos de escasa consistencia.

F.A.Q