Cómo cultivar jengibre en el huerto o en el balcón

El jengibre es una raíz de sabor delicado y aromático que se utiliza especialmente para aromatizar tus platos favoritos, preparar infusiones, tés, centrifugados, aguas desintoxicantes y mucho más.

Esta planta es originaria del sur de Asia tropical, sobre todo de la India y China, y se sigue utilizando hoy en día tanto para uso alimentario como farmacéutico. El jengibre llegó a Europa durante la Edad Media y se utilizó inmediatamente como potenciador del sabor de las comidas más deliciosas que adornaban las mesas de los señores ricos.

Al ser una planta de regiones tropicales de clima cálido y húmedo, el jengibre no siempre se puede encontrar fresco en los supermercados o en la frutería local; por eso, muchas personas desarrollan el deseo de cultivar una planta en casa.

Afortunadamente, cultivar jengibre en el balcón de casa es más fácil de lo que imaginas.

Pero antes, entendamos qué es el jengibre.

Qué es el jengibre

El jengibre es una planta perenne con un tallo erecto no ramificado, en su mayor parte subterráneo, similar a una raíz, pero rico en nutrientes. Las hojas, al ser perennes, se caracterizan por ser de color verde brillante, alargadas y estrechas.

Por su parte, las raíces, o mejor dicho los rizomas, tienen un tallo carnoso y muy fibroso de forma irregular, son ricos en nudos y se caracterizan por su color marrón, muy claro en el exterior y un poco más amarillento en el interior: en las raíces se forman inflorescencias con espigas amarillas y mandíbulas púrpuras. Los frutos, por su parte, aparecen como cápsulas que contienen muchas semillas.0

Cómo cultivar jengibre

Cultivar jengibre no requiere una gran aptitud para la herbología, pero más que nada requiere un poco de paciencia y la voluntad de seguir unas pequeñas reglas.

Es aconsejable tomar una raíz de un cultivo biológico, para asegurarse de evitar cualquier tipo de pesticidas o productos químicos que menoscaben la genuinidad de la planta.

Antes de plantar jengibre, hay que asegurarse de que los rizomas tengan los típicos brotes amarillo-verdosos, llamados ápices germinativos: si las raíces no están listas para enterrarlas, basta con ponerlas en una maceta y colocarlas en un lugar soleado o parcialmente sombreado, con una temperatura mínima de 15°.

Para saber cómo cultivar jengibre en el interior o en el balcón, sólo tienes que conseguir una maceta de plástico, o mejor aún de terracota, y asegurarte de que sea lo bastante profunda para permitir futuras adiciones de tierra.

Como es una planta de regiones cálidas, tendrás que tener cuidado en invierno y meterla en un invernadero o, al menos, cubrirla con tela no tejida.

Una vez hayas elegido un recipiente para la planta, pon arcilla expandida (disponible en cualquier tienda de jardinería) y tierra mezclada con arena en el fondo para optimizar el drenaje del agua; en cuanto a la tierra a utilizar, es importante que esté bien drenada, suelta y rica en sustancias orgánicas.

El drenaje es necesario para evitar la formación de estancamientos de agua que pueden afectar a las raíces del jengibre y hacer que se pudran.

Tras preparar el compost inicial, coloca el rizoma en la maceta con los brotes hacia arriba y cúbrelo con tierra.

Las plantas de jengibre no necesitan mucha agua, pero recuerda regarlas a menudo y asegurarte de evitar cualquier estancamiento.

Con el tiempo, tanto las hojas como las raíces tenderán a salir de la tierra y siempre debes cubrir las raíces con un poco de tierra.

Cuándo recolectar el jengibre

Al cabo de dos estaciones, es decir, unos ocho meses, las hojas de jengibre habrán completado su ciclo vegetativo y tenderán a volverse amarillas y a secarse del verde; éste es el mejor momento para arrancar las raíces de la tierra.

Es aconsejable utilizar sólo las manos para la extracción, para evitar estropear el rizoma con las herramientas de jardinería.

Retira primero las hojas secas de la superficie, después la primera capa de tierra y, por último, extrae la raíz.

Conviene tener cuidado con la cantidad de raíz que extraes porque, si quieres seguir sembrando jengibre, es imprescindible dejar una parte dentro de la maceta, sumergida en la tierra.

Cómo conservar el jengibre

Tras extraer las raíces, límpialas con un cepillo de bambú, lávalas y guárdalas frescas en el frigorífico durante 2-3 semanas.

En cambio, para un almacenamiento a largo plazo, tras sacarlas de la tierra, lávalas, sécalas, mételas en una bolsa de papel o tela y sécalas en un lugar oscuro y seco. El objetivo es evitar que las raíces vuelvan a brotar.

Si tienes un secador, corta las raíces en trozos finos y mételos en el secador de 6 a 8 horas.

Si, por el contrario, quieres hacer un polvo de jengibre, después de secar las raíces, pásalas por un molinillo de café.

Una vez seco el jengibre, colócalo en un tarro de cristal y guárdalo en el armario, junto con tu colección de especias.

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